La Música de Capilla, digamos que es la faceta dentro de la música procesional que se encarga de dar melodía a "Los Sonidos del Silencio", puesto que estos grupos de instrumentos de viento (normalmente tríos), acompañan a cofradías que, por su rigor y recogimiento, procesionan en silencio. Normalmente están conformados por un fagot, un oboe y un clarinete.
La terminología "Capilla" proviene del italiano "A Capella", directamente del Canto Gregoriano (Siglo XII), siendo posteriormente reservado a la música compuesta para el canto acompañado de órgano. Es a principios del Renacimiento cuando se comienzan a componer pequeñas piezas de carácter religioso, originariamente vocal y posteriormente empleado ya como género de carácter musical o vocal.
Tras los primeros instrumentos empleados (chirimías y sarabuches), se dio paso en el siglo XVIII al cambio de la instrumentación, utilizándose violines, flautas, oboes y trompas. Dichas capillas solían actuar en las funciones de las hermandades y acompañando a las imágenes en procesión.
En esta misma época aparece la primera obra exclusiva para el acompañamiento procesional: Saetas del Silencio, una composición de ocho piezas para dos oboes y fagot y dedicada a la Hermandad del Silencio de Sevilla. A partir de entonces, casi toda la música de capilla se escribe para trío de cañas, oboe, corno inglés y fagot, aunque con excepciones. Así nos encontramos con una composición de Vicente Gómez-Zarzuela, Cristus factus est, compuesta para oboe, corno inglés, clarinete y fagot, en la que se incluye una partitura para un tenor lírico, con texto incluido. Dicha composición data de las primeras décadas del siglo XX, y está dedicada a la Hermandad del Valle de Sevilla.
Actualmente, el grupo de capilla es una formación de tres instrumentos de viento-madera (instrumentos que por medio de una caña producen el sonido y no instrumentos fabricados en madera como generalmente se piensa). El trío se suele componer de un oboe, un clarinete y un fagot, que interpretan las voces de soprano, alto y bajo respectivamente, pues aun siendo obras instrumentales, proceden del estilo vocal de capilla.
En muchos grupos de capilla veremos que la voz de bajo es interpretada por otro instrumento que no es el fagot, dada que la escasez de solistas y profesores de esta especialidad es notable. Por la tesitura de este instrumento se incorporan otros de viento-madera como el clarinete bajo (pero con el mismo problema que el fagot) y el saxofón tenor, ya utilizado en Sevilla por su timbre peculiar y el buen empaste que realiza con el oboe y el clarinete.
La música de capilla es una música fúnebre y de honda religiosidad, que da a los actos y a los desfiles un carácter austero y de recogimiento a la vez que engrandece la riqueza de la música procesional, pues muchos compositores de marchas de Semana Santa han compuesto obras para este género como es el caso de José Albero Francés, Vicente Gómez-Zarzuela, Pedro Gámez Laserna, Manuel Font Fernández, Abel Moreno, ... incluso compositores de orquesta de gran renombre como Manuel Castillo Navarro, Catedrático que da nombre al Conservatorio Superior de Sevilla.
Todos ellos han sabido de la importancia de la Capilla en la Semana Santa Andaluza y han aportado grandes obras a este género musical en pleno auge. A continuación os dejo el listado de marchas para capilla musical que se estrenaron en la Semana Santa de Sevilla de 2011:
El Perdón de Cristo | Moisés Viretti Fernández |
Filius Dei Benedicti | José Luis González Rapela |
Santo Cristo del Mayor Dolor | José Luis González Rapela |