El origen de las fiestas en honor a la Santa Cruz se pierde en el tiempo, apenas hay datos antiguos. Los primeros testimonios que conocemos se remontan tan sólo al siglo XVIII, aunque este vacío documental no implica necesariamente que la fiesta no existiera desde antes. En cualquier caso, parece que la celebración popular de la Cruz de Mayo tal como hoy la conocemos alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, para empezar a decaer a principios del XX.
A la hora de establecer los orígenes de esta celebración popular de la
Cruz hay que referirse necesariamente a una serie de fiestas paganas que
se celebraban desde muy antiguo en el mes de mayo, considerado desde
siempre como el mes del esplendor de la vegetación y la naturaleza, de
la primavera.
Esta fiesta, en su vertiente popular, estuvo muy extendida por toda España, aunque con variaciones muy significativas de unos lugares a otros. A pesar de ello, la celebración ha presentado siempre en todas sus manifestaciones una serie constante de elementos comunes, como es el hecho de que el centro de la fiesta sea precisamente una cruz, de tamaño natural o reducido, que se adorna. A su alrededor se vive la fiesta, con bailes juegos y coplas. A veces hay procesiones, de carácter religioso o pagano.
Las cruces de mayo dan nombre a una fiesta popular que se celebra en los primeros días de mayo en Córdoba. En Sevilla se organizan numerosas procesiones que sirven para formar jóvenes costaleros. En la cercana Villanueva de la Serena también se celebran las Fiestas de la Santa Cruz. En Don Benito prácticamente ha desaparecido esta tradición, posiblemente por la celebración de numerosas fiestas de barrio en este mes, a pesar de ello aún encontramos Altares en honor a la Santa Cruz como el montado en la Residencia de Mayores Alonso Mendoza.