En la entrada de hoy voy a dar mi opinión personal sobre la vestimenta de las tres Dolorosas de nuestra Semana Santa durante el pasado verano. Comenzando por la Virgen de los Dolores diremos que a principios de agosto estrenó un manto de terciopelo verde oscuro, además lució una saya de damasco blanco, el fajín militar y la diadema plateada. El tocado vuelve a presentar defectos pasados, aunque presenciamos una leve mejoría, era excesivamente largo y volvía a tapar media diadema debido a su altura superior. Otro defecto a destacar es la colocación desigual del manto.
Para los cultos de septiembre fue nuevamente cambiada de atuendo la Virgen de los Dolores. En esta ocasión estrenó un manto de terciopelo burdeo, una saya de brocado blanco y plata, fajín militar y la diadema plateada. En cuanto al tocado se dió un paso hacia atrás, de nuevo largo y alto, tapando la diadema, desigual en su colocación y forma. El puñal demasiado centrado.
De la Virgen de la Soledad tan solo destacar dos novedades. La primera y quizás la más sorprendente fue la colación de sus manos, bajas, aunque igual de mal que antes. La segunda novedad que presentó fue la colocación de una cinta kilométrica en su mano izquierda, claramente observable su longitud en la fotografía que encabeza esta entrada. Es una verdadera pena que la citada cinta forme parte del ajuar de la mayoría de las dolorosas de la zona, alejando la devoción hacia la Madre de Dios.
La Virgen del Consuelo, de hebrea, presenta un manto blanco, saya rosa y aureola de estrellas plateada. El tocado es pequeño y desigual. La colocación de las manos sigue sin ser la adecuada y el pañuelo sorprendentemente vence la ley de la gravedad.
Sé que algunos me tacharán de superficial y estético, pero considero que toda Imagen Sagrada debe presentar cierta dignidad en su atuendo o vestimenta. En ningún momento mi crítica va dirigida a las Imágenes, ni a la Virgen María, sino a las Hermandades y Cofradías que permiten está presencia indecorosa de su titulares Marianas.
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